El principal aporte del filósofo es integrar las percepciones de diferentes disciplinas sobre un tema y formular soluciones que beneficien a más personas. Es decir, contribuir a la reflexión de los grandes problemas individuales y colectivos.
Aunque los tiempos han cambiado, muchos aún creen que los filósofos solo hablan de temas abstractos, como el bien y el mal; el ser; el alma o el sentido de la vida. Sin embargo, el filósofo francés André Comte Sponville, uno de los más importantes de Europa, suele reflexionar sobre la moda, los celos, la migración o la Navidad; sin olvidar a los clásicos, como Platón o Kant. Reflexiona sobre diferentes puntos de vista y cruza ideas, para ayudar a entender las dificultades que hoy afrontamos como sociedad.
A diferencia de otras épocas, en las grandes empresas empieza a crecer la demanda de los filósofos por los cambios políticos y sociales. A pesar de esto, como detalla Gianfranco Casuso, docente asociado y coordinador de Filosofía del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), curiosamente la presencia de la filosofía ha disminuido en las universidades porque se ha reducido la exigencia de los cursos relacionados con esta carrera.
Esta tendencia va a contracorriente con lo que viene sucediendo en el mercado laboral. Víctor Casallo, director de la Escuela de Filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, asegura que muchas instituciones solicitan, cada vez más, profesionales especializados; por ejemplo, en ética política o responsabilidad social. De esta manera, los filósofos asumen el reto de comprender los problemas del país; como la corrupción y la violencia, desde diferentes disciplinas y distintos grupos culturales que coexisten en nuestra sociedad.
Te interesan las ciencias y las humanidades, y estás dispuesto a profundizar en ambos temas:
Sector público: A través de asesorías a ministerios u otros organismos públicos, en temas éticos o problemas comunes de su entorno.
Sector privado: A través de consultorías a empresas u organizaciones no gubernamentales (ONG). Manejando equipos muitidisciplinarios especializados en responsabilidad social corporativa (RSC). Realizando labores de investigación y docencia en universidades privadas.
Las universidades que ofrecen la carrera de Filosofía aplican metodologías que integran la revisión de textos clásicos, la confrontación de pensamientos de los principales exponentes históricos y el impulso del análisis social, entre otros aspectos. Así los profesionales son capaces de articular pensamientos propios y bien informados que, luego, pueden plasmar en textos especializados.
Casuso menciona que el egresado de Filosofía es capaz de analizar textos filosóficos de distintas áreas y épocas, así como de redactar ensayos, monografías y artículos con sustento argumentativo y bibliográfico. Aplica sus conocimientos al contexto actual, pues así emplea sus conceptos y criterios filosóficos para comprender cada tema. Por su lado, Casallo resalta el gran rigor académico, el compromiso ético y la capacidad de colaboración de los egresados. Su formación les permite responder desde un pensamiento crítico propio y analizar con profundidad las necesidades actuales de la sociedad, en busca del bien y el desarrollo de individuos, grupos e instituciones.
Los grandes cambios en el mercado han generado nuevas oportunidades, para los filósofos en la gestión académica y docencia en áreas como Comunicaciones, Educación, Arte y Ciencias Sociales. Según Casallo, cuando las diferentes ciencias cuestionan sus fundamentos, y las diferentes circunstancias que se dan en estas, los profesionales de filosofía son capaces de enriquecer estos cuestionamientos y aportar en la formulación de respuestas.
La filosofía, como actitud reflexiva, puede referirse a cualquier campo de la actividad humana. Es un gran promotor del diálogo plural, que incluye a todas las voces y perspectivas. Y, por ello, su apone es vital para el desarrollo de nuestra sociedad.